La camioneta azul se estaciono frente al cementerio, uno de los hombres bajó de esta y entró a observar dónde se estaba llevando el acto del sepelio.
Se acercó solo lo necesario procurando no ser percibido por los que acompañaban a los dolientes.
Se escondió detrás de una pequeña capilla. Desde allí observó todo y vio claramente a Amelia, con su avanzado estado de embarazo no era difícil reconocerla. Sacó el celular y llamó a los que estaban en la camioneta.
—Confirmado, ella está aquí.
—Perfecto, esperaremos a que salgan, tú vigila en qué coche se sube ella, los seguimos y emboscamos en la carretera cuando no haya mucha gente alrededor.
***
Silvia llegó al estudio donde Ernesto se encontraba.
—Creí que estabas dormida.
—No puedo dormir querido, ¿cómo hacerlo cuando sé que en muy poco tiempo estaré muerta? digo, mi sustituta; mejor voy a beber una copa de vino, ¿quieres?
Él se levantó de la silla, se acercó a ella y la sujetó de la cintura.
—¿Qué tal si mejor bebo de tu cuerpo? —Come