Las hermanas y la madre de Mario se hicieron cargo de decorar el jardín de la casa de Pedro para la boda, llegaron con muchas flores, algunas sillas de fiesta, manteles y dos mesones. Amelía tenía más amargura que alegría.
—¿Para qué hacen todo esto? papá está muy enfermo, no es prudente hacer una celebración.
La madre de Mario le dijo:
—Es precisamente por Pedro que hacemos esto, para que tenga buenos recuerdos de la boda de su hija. Después cuando él se recupere Mario y tú podrán hacer una fiesta más bonita y con todas las de la ley —Le tocó la barriga y sonrió—. Mi primer nietecito ya habrá nacido para cuando eso suceda. ¿Pero por qué no vas a alistarte? ya se hace tarde, el padre no demora en llegar a tomarles la confesión.
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Ernesto puso a Henrry al tanto del plan que él y Silvia iban a ejecutar en contra de Marino en pocas horas. A cambio y para tener parte en el nuevo grupo criminal que desplazaría a las calaveras, Henrry le confesó en dónde había escondido la caleta de cocaí