Amelia le contó a Marino y al Tigre con lujos y detalles todo lo que Silvia y el tal Ernesto hicieron para obligarla a sustituirla.
Cuando nombró a Ernesto Lander Marino y el Tigre se miraron.
—¿Está seguro de que se llamaba Ernesto Lander? —Preguntó el Tigre.
—Si, él era un cliente premium del club, es un hombre muy elegante, siempre usaba traje y corbata.&n