Karina quería hablar con Ignacio y fue a su oficina.
—¿Tienes tiempo para hablar?
—Sí, pasa. —Ella entró y se sentó frente al escritorio. Ignacio le dijo:
— Bien, ¿qué me ibas a decir?
—¿Hablaste con Silvia?
—Sí.
—Aceptó quedarse?
—Se rehusó al principio, pero logré convencerla, se quedará en la casa hasta que dé a luz y se compruebe si es hijo mío o no.
—¡¿Entonces hoy te quedarás conmigo?¡
—Sí. —Karin se levantó y fue donde él estaba y se le sentó en las piernas.
—¡No me cabe la felicidad, al fin juntos de nuevo!
Fabiola y Amelia continuaron hablando un rato encerradas en la habitación de Silvia, estaban sentadas en el diván.
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