Day, es una chica que en su fiesta de dieciocho años, su padre le presenta a su prometido, un hombre doce años mayor que ella, con aspecto frío y serio, incluso más que su padre. Pero, ella no puede negarse a dicho matrimonio. Aunque las dos familias no tienen problemas económicos y ella pocas veces había visto a su prometido, su padre la obliga a casarse con él. ¿Qué sucederá cuando la chica que solo estaba en discotecas o se iba de compras es casada con un hombre conservador? ¿Qué hará su esposo con la infantil y rebelde mujer que se niega a ser la esposa buena o sumisa? Uno de ellos tiene que ceder, pero, ¿Quién será? ¿Cuánta paciencia tiene el frio Ryan Volkova cuando su esposa solo le causa problemas? ¿Esta pareja dispareja podrá tener un matrimonio tranquilo? ¿Qué harías si un hombre del doble de tu tamaño, que no sabe divertirse se convierte en tu esposo?
Leer másTres meses después Narra Day Los bebés están cada vez con más energía, duermen menos, exploran más, por eso, arreglar sus habitaciones y atenderlos ha sido un duro proceso para Ryan y para mí, ya que, no queremos que otras personas nos ayuden. Por fortuna, a Ryan le quitan hoy los yesos y aunque debe caminar con cuidado recibiendo ayuda de muletas, al menos la terapia para la movilidad en su brazo, le ayuda a poder hacerlo por su cuenta. El hombre con el que he podido comunicarme mejor, camina tan rápido como puede hacia nosotros, aunque tengo varios escoltas pendiente de lo que pueda necesitar o los bebés, pero, él se desespera cuando no nos ve y por eso, debemos acompañarlos a las terapias o que el terapeuta vaya a casa. — Aquí estoy, ¿me esperaron durante mucho tiempo? — pregunta Ryan y yo niego. — No, duraste lo normal. — susurro. — Yo sentí que fue una eternidad. — dice Ryan tomando a Roy. — Estamos viendo lo que haces, no necesitas desesperarte. — susurro y él niega. —
Tres días después Por fin podemos marcharnos, Romanov ha cumplido con su palabra sobre cómo se haría cargo de las cosas, mi esposa está mejor, nuestros hijos no han mostrado algún problema de su salud y aunque yo sigo con yeso y mucho que sanar, no es necesario quedarme hospitalizado. Por eso, podemos marcharnos los cuatro con una felicidad que se puede notar. Porque aunque no me beso con Day o resuelvo todo con sexo, si estamos más unidos, hablamos más y nos comprendemos mejor. — ¿Estás lista? — pregunto mientras ella sigue dudando de esta idea. — No creo que sea buena idea tomarnos fotos así. — Es su primera foto familiar. — Pero, nos vemos terribles, parecemos almas en pena. — dice Day. — Las almas en pena no tienen yeso, Day. Así que, diría que parecen un rompecabezas extraño. — se burla Hanna y Day le lanza la almohada. — Sigue diciendo eso y no serás madrina de Darlyn. — le regaña mi esposa. — Lo siento, oh, solemne e increíble mujer. Disculpe mi ofensa y continue prepa
Tanto los hombres a cargo del cuidado de mi esposa como mis empleados, se unen para poder darle toda la protección a ella y mis hijos, por eso, me concentro en estar con mis hijos, mientras Day se recupera. Cada pequeña parte de los cuerpos de mis hijos, son la medicina para sanar todo ese dolor que he guardado por mucho tiempo, así que, ahora puedo respirar mejor. Cada prueba de fuego que he vivido para ser quien soy, hacen que agradezca sobrevivir a todo ello, porque solo así podría estar donde estoy y con quienes estoy. — No saben todos los años que los anhelé. — susurro mirando a los pequeños acostados. — Te ves bien. — dice Day en un susurro. Rápidamente, giro mi cabeza para observar a la mujer que aun con sus labios secos y su rostro pálido, se ve como la mujer más hermosa del mundo. Mi vista se nubla y yo quiero correr para abrazarla, pero, las heridas en mis piernas, me impiden levantarme y correr a sus brazos. — No llores. — susurra ella y yo limpio mis mejillas sin evit
Podría desatar una guerra por lo que ha sucedido, pero, no estoy en condiciones de liderar algo así, tampoco quiero estar todo el tiempo ocupado o alerta con mi familia por enfrentarme a algo de lo que nunca he deseado ser parte. Por eso, miro con frialdad a un empresario que antes respetaba, pero, ahora solo me decepciona porque sabiendo quien me interesa, permitió que su socio causará daño a los míos. — No me interesa si Celeste es su esposa, su amante o su perro. Es su problema con él, pero, se convierte en mío al dañar a los míos. Así que, dígale que por ahora, escogeré la paz porque mis hijos recién han nacido y mi esposa me necesita, pero, después… — No habrá un después. — dice Romanov. — Tú no tienes derecho. — Esta muerto agonizando. — dice él mostrándome una videollamada que hasta ahora noto. El hombre, está lleno de sangre por todo su cuerpo, su mirada solo refleja el dolor mientras se ahoga con su propia saliva. Se nota que ha sido torturado, pero, dudo que sea por lo
Mi corazón escasamente puede trabajar como corresponde, por toda la angustia que esta almacenando, pero, sabe que no puede fallar, porque mis hijos me necesitan. Mis bebés y mi esposa me necesitan.— Dígame lo que pasa con mi familia, por favor. — digo en medio del llanto.— Están estables. — dice el doctor y yo siento como un peso grande abandona mi cuerpo, mientras yo lloro agradecido Todos los chicos que incluso estaban llorando con disimulo, suspiran aliviados e incluso, alguno de ellos celebran mientras yo siento que mi cuerpo vuelve a funcionar con normalidad y no, para soportar la angustia que sentía.— ¡Oh, Dios mío, gracias! — digo mientras lloro.— La señora fue dañada por uno de los bebés que intentaban salir por su vagina, eso causó que se desgarrará, por eso, era la sangre mezclada con líquido amniótico y su dolor punzante.— Day, lo siento mucho por eso. — digo en un susurro.— La señora estaba bastante débil, los bebés estaban inquietos, por lo que, no fue tan sencillo
Mi corazón se detiene y entonces, comprendí todo. Me di cuenta de que cada momento que viví pensando que estaba dándole todo lo que merecía darle, le fallé. Porque ella merecía todo, porque ella, me hizo sentir todo. Day me ayudó a vivir diferente, me sacó de mi zona de confort y me hizo vivir en constante alerta por sus escapadas, me hizo sonreír por sus ocurrencias, celebrar cuando me anticipaba a sus locuras, me dio la felicidad de ser padre, me dio el placer de ser suyo y me hizo sufrir con intensidad por su distanciamiento. Cada una de las emociones que he vivido por ella, son tan fuertes que están pegadas a cada parte de mi cuerpo, haciéndome vivir siempre como si tuviera la adrenalina dirigiendo mi cuerpo, justo como pasa ahora. — ¡Aquí! ¡Ayuden a mi esposa e hijos! — grito mientras corren para ayudarnos. Rápidamente, se llevan a mi esposa y aunque intento correr detrás de ellos, mis heridas no me lo permiten. Por lo que, es mi gente y los enfermeros que me ayudan a subir a
Rápidamente, me ayudan a subir al auto, mientras yo maldigo haberme acordado tarde de todo y que este tan herido que no pueda abrazarla o cargarla como me gustaría, proteger a mis hijos como me gustaría.— Duele mucho. — dice Day mientras nos movemos rápido por las calles de la cuidad.— Pronto van a atenderlos, esperen un poco, por favor. Se los pido. — digo en medio del llanto.— No puedo esperar, ellos son los que se quieren salir ahora mismo.Varios autos nos rodean, para protegernos o permitir que nos movamos rápido, por lo que, nos movemos rápido mientras ella llora implorando que no perder a nuestros hijos.— Lo siento, es mi culpa. Todo es mi culpa. — digo aferrándome a ella, aunque mi cuerpo duele.— Duele mucho. Hay mucha sangre, eso es malo, ¿verdad?— No es malo. No lo será, nuestros hijos estarán bien. — digo de inmediato.— ¿Nuestros hijos? ¿Recuerdas que son tuyos? — pregunta ella en medio del dolor.El deseo de golpearme por olvidar algo tan importante, se intensifica,
La chica que grité porque no me escuchaba cuando quería ir al baño, aparece en mi mente. Sus ojos llenos de lágrimas, sus labios temblando de impotencia y sus manos cargando su vientre abultado, es la imagen que aparece en mi mente, para después recordar cómo se fue porque la lastimé.Las llamas se ven tan grandes, que mi gente me carga y me coloca en el césped lejos del fuego, mientras lloro por todo lo que estoy viendo. Mi boca no deja de llamar su nombre y la idea de que ha muerto con sus bebés, hacen que mi pecho duela al punto que se me corta la respiración.Mi cabeza comienza a doler y yo llevo mi mano sana a mi cabeza, notando que se me llena de sangre, entonces, noto que cuando me lancé del auto, me golpeé la cabeza. Sin embargo, mis heridas, no son algo en comparación a la angustia que en estos momentos experimento.— ¡Señor Volkova!Alguien grita saliendo del auto y se arrastra en el suelo para apagar el fuego, mis hombres corren a ayudar, pero, no es una mujer embarazada, n
Cuatro días despuésNarra RyanLas ganas de ir al baño me invaden, pero, por más que intente moverme, no me es posible. Por eso, miro a mi lado, sintiéndome mal por tener que llamar a una mujer que escasamente duerme por malestares por su avanzado embarazo.— Day… despierta. — susurro molesto por no tener otra opción.‘Lo mejor es que a partir de ahora ella no me cuide o por lo menos, no lo haga sola.’ Me digo mentalmente.Day ha estado quejándose del dolor y aunque ella no es quien me ayuda a caminar para ir al baño, si hace todo lo demás que no puedo hacer, por solo tener medianamente bien un brazo. Por lo que, me siento culpable por sus malestares.Sin embargo, no puedo soportar más y por eso, vuelvo a llamarla, sintiendo como la impotencia me recorre por tener que llamar a alguien más por ayuda para ir al baño.— ¡Day, despierta, maldita sea! ¡¿Es así como me cuidas?! — grito cuando ya no puedo soportar más.— ¡¿Que paso?! — pregunta ella asustadaDe inmediato, se queja del dolor