Day, es una chica que en su fiesta de dieciocho años, su padre le presenta a su prometido, un hombre doce años mayor que ella, con aspecto frío y serio, incluso más que su padre. Pero, ella no puede negarse a dicho matrimonio. Aunque las dos familias no tienen problemas económicos y ella pocas veces había visto a su prometido, su padre la obliga a casarse con él. ¿Qué sucederá cuando la chica que solo estaba en discotecas o se iba de compras es casada con un hombre conservador? ¿Qué hará su esposo con la infantil y rebelde mujer que se niega a ser la esposa buena o sumisa? Uno de ellos tiene que ceder, pero, ¿Quién será? ¿Cuánta paciencia tiene el frio Ryan Volkova cuando su esposa solo le causa problemas? ¿Esta pareja dispareja podrá tener un matrimonio tranquilo? ¿Qué harías si un hombre del doble de tu tamaño, que no sabe divertirse se convierte en tu esposo?
Leer másTodos los preparativos de la fiesta más grande de mi vida, están listos. El sonido suena con fuerzas por toda la propiedad, mientras el alcohol no deja de ser servidos a mis más de mil invitados para mi increíble fiesta de cumpleaños.
Sonriente, observo las cámaras de seguridad de toda la propiedad, mientras terminan las decoraciones de mi cabello, porque hoy debo lucir hermosa. Después de todo, este es mi primer cumpleaños como adulta y por ello, debía verme como tal.— Está todo listo, señorita. — dice la estilista.— Debo verme increíble. No quiero que vean la marca de mi ropa, si no, como me queda a mí. No deseo que me pregunten que peinado tengo si no, lo hermosa que me veo con este, ¿si hiciste eso?— Sí, señorita. Se ve hermosa. El peinado y todo lo demás fue escogido por su increíble sentido de la moda. Nosotros solo resaltamos lo que usted ya sabe que tiene. — dice la mujer y yo asiento mirándome en el espejo.— Pueden irse o quedarse en la fiesta, no me importa. — digo para después marcharme.Apenas llego al inicio de las escaleras, un reflector apunta hacia mí y por eso, todos aplauden cantándome el feliz cumpleaños mientras me uno a la fiesta. Todo es increíble, más de media universidad está en mi casa vacacional solo para celebrar mi cumpleaños y a nadie le importa que mañana tengamos clase.Después de todo, mi cumpleaños es un concierto donde los cantantes más escuchados vienen a darme un concierto donde yo soy el centro de atención. Así que, ¿Quién se perdería algo así?— Feliz cumpleaños, Day. — dice cada persona que se acerca a mí.Soy popular, tengo mucho dinero y soy hija única. Todo es perfecto, no tengo hermanos con los cuales luchar por la herencia, tengo un padre que me complace en todo y miles de personas que se pelean porque los miré.Así que, si el centro del mundo es un tonto planeta o satélite, yo soy el centro del universo de todos los aquí presentes, o como sea que diga el profesor de astrología.‘¿Es el profesor de astrología el que dice eso? Un momento, ¿yo doy astrología?’ me pregunto mentalmente mientras recibo muchos regalos y felicitaciones.Ignoro esa pequeña preocupación y comienzo a bailar y tocar chicos lindos que hay en mi fiesta. Uno de los grupos que cantan me suben a la tarima decorada con cosas que m me gustan y cantan conmigo mis canciones favoritas, mientras un grupo de hombres completamente vestidos de negro y sin sentido de la moda, se abre camino entre la multitud.Confundida, busco alguien conocido y bufo molesta cuando veo a mi padre entre ellos. Mis compañeros de la universidad también lo reconocen y por eso, retroceden con temor.— Baja de allí, Day.— ¡Papi! ¡¿Vienes a darme un feliz cumpleaños?! No tenías que venir, aquí la estamos pasando bien, papi.— Baja hora, Day. Debo informarte algo.— ¡No me digas que vas a darme el porche que vi ayer! ¡o me darás el dinero para abrir la mejor discoteca del mundo! — grito emocionada y todos celebran por ello.— No, Day. Baja en estos momentos, necesito presentarte a alguien.— Papi, hace años dejaron de regalar personas para ser esclavos, estamos en pleno siglo XXI. — digo y todos ríen por ello.Mi padre, que siempre es dulce conmigo, me observa con severidad y camina hacia mí al punto que sube a la tarima y toma mi micrófono para hablarme aunque estoy cerca de él.— En vista de que no deseas bajar, te diré todo aquí. — dice mi padre mirándome con seriedad, para después mirar hacia la multitud expectante de lo que hará mi padre — Amigos de Day, me alegra que estén aquí presentes para la gran noticia que yo Mario Creswell les daré. — Papi, ¿Qué sucede? — susurro al percibir que se ve bastante serio para darme un regalo de cumpleaños que quiera.— Mi hija, la que ya no es una adolescente, si no, toda una adulta a partir de hoy, estará comprometida con un gran socio de negocios Ryan Volkova. Así que, den un gran aplauso a la pareja que en dos semanas se casará. — dice mi padre para después aplaudirTodos se observan entre sí, mientras yo intento procesar lo que mi padre ha dicho. Todos aplauden lentamente al no comprender lo que sucede, mientras yo busco en mi padre algún indicio de broma.— Padre… ¿estas bromeando?— No, cariño. Vas a casarte con Ryan. Así que, prepárate, en dos semanas serás la señora Volkova. — dice mi padre usando el micrófono, por lo que, todos lo escuchan.— No puede ser posible. — susurro al no saber quién es el hombre que el reflector busca.— Así que, esperen paciente la invitación de bodas. Que tengan buena noche. — dice mi padre para después bajar de la tarima.Todo queda en silencio y yo reacciono corriendo hacia mi padre que rápidamente se marcha del lugar. Por lo que, solo puedo alcanzarlo cuando esta por subir al auto.— Padre, ¿Qué sucede? ¿Qué quisiste decir justo ahora? — pregunto preocupada.— Lo que dije, cariño. Vas a casarte.— ¿Por qué tan de repente y con alguien que no conozco?— Si te giras, puedes verme. — dice un hombre detrás de mí, por lo que, me giro intentando conocer a mi supuesto esposo.Apenas lo hago, me doy cuenta de que el hombre tiene una mirada azul que me hace recordar el agua con mi fragancia relajante favorita; chicle.— Hola, prometida. — dice un hombre que parece un anciano.— ¿Tienes dieciocho años? — pregunto deseando ofenderlo, porque es obvio que parece un anciano de treinta años.El hombre sonríe mostrándome sus hoyuelos y niega al segundo siguiente con seriedad.— No, Day. Tengo treinta y tres años.‘¡Lo sabía! Es demasiado anciano para tener mi edad.’ Me digo mentalmente.De inmediato, me giro para enfrentar a mi padre.— No puedes casarme con este anciano, padre. Podría ser mi padre. — digo con enojo.— Perdón por esto, señor Volkova, mi hija es una mujer incorregible. — dice Mario Creswell, mi padre, quien corre hacia el hombre que está a mis espaldas.— Es una rebelde. Una mujer que aún se cree una adolescente rebelde.— ¡No soy una adolescente, tengo dieciocho años!— ¡Entonces comportante como una adulta y no ofendas a tu futuro esposo, Day! — grita mi padre con enojo.‘Mi padre nunca me había gritado así, ¿Qué rayos está sucediendo?’ me pregunto mentalmente.Tres meses después Narra Day Los bebés están cada vez con más energía, duermen menos, exploran más, por eso, arreglar sus habitaciones y atenderlos ha sido un duro proceso para Ryan y para mí, ya que, no queremos que otras personas nos ayuden. Por fortuna, a Ryan le quitan hoy los yesos y aunque debe caminar con cuidado recibiendo ayuda de muletas, al menos la terapia para la movilidad en su brazo, le ayuda a poder hacerlo por su cuenta. El hombre con el que he podido comunicarme mejor, camina tan rápido como puede hacia nosotros, aunque tengo varios escoltas pendiente de lo que pueda necesitar o los bebés, pero, él se desespera cuando no nos ve y por eso, debemos acompañarlos a las terapias o que el terapeuta vaya a casa. — Aquí estoy, ¿me esperaron durante mucho tiempo? — pregunta Ryan y yo niego. — No, duraste lo normal. — susurro. — Yo sentí que fue una eternidad. — dice Ryan tomando a Roy. — Estamos viendo lo que haces, no necesitas desesperarte. — susurro y él niega. —
Tres días después Por fin podemos marcharnos, Romanov ha cumplido con su palabra sobre cómo se haría cargo de las cosas, mi esposa está mejor, nuestros hijos no han mostrado algún problema de su salud y aunque yo sigo con yeso y mucho que sanar, no es necesario quedarme hospitalizado. Por eso, podemos marcharnos los cuatro con una felicidad que se puede notar. Porque aunque no me beso con Day o resuelvo todo con sexo, si estamos más unidos, hablamos más y nos comprendemos mejor. — ¿Estás lista? — pregunto mientras ella sigue dudando de esta idea. — No creo que sea buena idea tomarnos fotos así. — Es su primera foto familiar. — Pero, nos vemos terribles, parecemos almas en pena. — dice Day. — Las almas en pena no tienen yeso, Day. Así que, diría que parecen un rompecabezas extraño. — se burla Hanna y Day le lanza la almohada. — Sigue diciendo eso y no serás madrina de Darlyn. — le regaña mi esposa. — Lo siento, oh, solemne e increíble mujer. Disculpe mi ofensa y continue prepa
Tanto los hombres a cargo del cuidado de mi esposa como mis empleados, se unen para poder darle toda la protección a ella y mis hijos, por eso, me concentro en estar con mis hijos, mientras Day se recupera. Cada pequeña parte de los cuerpos de mis hijos, son la medicina para sanar todo ese dolor que he guardado por mucho tiempo, así que, ahora puedo respirar mejor. Cada prueba de fuego que he vivido para ser quien soy, hacen que agradezca sobrevivir a todo ello, porque solo así podría estar donde estoy y con quienes estoy. — No saben todos los años que los anhelé. — susurro mirando a los pequeños acostados. — Te ves bien. — dice Day en un susurro. Rápidamente, giro mi cabeza para observar a la mujer que aun con sus labios secos y su rostro pálido, se ve como la mujer más hermosa del mundo. Mi vista se nubla y yo quiero correr para abrazarla, pero, las heridas en mis piernas, me impiden levantarme y correr a sus brazos. — No llores. — susurra ella y yo limpio mis mejillas sin evit
Podría desatar una guerra por lo que ha sucedido, pero, no estoy en condiciones de liderar algo así, tampoco quiero estar todo el tiempo ocupado o alerta con mi familia por enfrentarme a algo de lo que nunca he deseado ser parte. Por eso, miro con frialdad a un empresario que antes respetaba, pero, ahora solo me decepciona porque sabiendo quien me interesa, permitió que su socio causará daño a los míos. — No me interesa si Celeste es su esposa, su amante o su perro. Es su problema con él, pero, se convierte en mío al dañar a los míos. Así que, dígale que por ahora, escogeré la paz porque mis hijos recién han nacido y mi esposa me necesita, pero, después… — No habrá un después. — dice Romanov. — Tú no tienes derecho. — Esta muerto agonizando. — dice él mostrándome una videollamada que hasta ahora noto. El hombre, está lleno de sangre por todo su cuerpo, su mirada solo refleja el dolor mientras se ahoga con su propia saliva. Se nota que ha sido torturado, pero, dudo que sea por lo
Mi corazón escasamente puede trabajar como corresponde, por toda la angustia que esta almacenando, pero, sabe que no puede fallar, porque mis hijos me necesitan. Mis bebés y mi esposa me necesitan.— Dígame lo que pasa con mi familia, por favor. — digo en medio del llanto.— Están estables. — dice el doctor y yo siento como un peso grande abandona mi cuerpo, mientras yo lloro agradecido Todos los chicos que incluso estaban llorando con disimulo, suspiran aliviados e incluso, alguno de ellos celebran mientras yo siento que mi cuerpo vuelve a funcionar con normalidad y no, para soportar la angustia que sentía.— ¡Oh, Dios mío, gracias! — digo mientras lloro.— La señora fue dañada por uno de los bebés que intentaban salir por su vagina, eso causó que se desgarrará, por eso, era la sangre mezclada con líquido amniótico y su dolor punzante.— Day, lo siento mucho por eso. — digo en un susurro.— La señora estaba bastante débil, los bebés estaban inquietos, por lo que, no fue tan sencillo
Mi corazón se detiene y entonces, comprendí todo. Me di cuenta de que cada momento que viví pensando que estaba dándole todo lo que merecía darle, le fallé. Porque ella merecía todo, porque ella, me hizo sentir todo. Day me ayudó a vivir diferente, me sacó de mi zona de confort y me hizo vivir en constante alerta por sus escapadas, me hizo sonreír por sus ocurrencias, celebrar cuando me anticipaba a sus locuras, me dio la felicidad de ser padre, me dio el placer de ser suyo y me hizo sufrir con intensidad por su distanciamiento. Cada una de las emociones que he vivido por ella, son tan fuertes que están pegadas a cada parte de mi cuerpo, haciéndome vivir siempre como si tuviera la adrenalina dirigiendo mi cuerpo, justo como pasa ahora. — ¡Aquí! ¡Ayuden a mi esposa e hijos! — grito mientras corren para ayudarnos. Rápidamente, se llevan a mi esposa y aunque intento correr detrás de ellos, mis heridas no me lo permiten. Por lo que, es mi gente y los enfermeros que me ayudan a subir a
Último capítulo