Dennis estacionó su auto al llegar al aeropuerto, había pedido a uno de sus empleados, que más tarde viniera por el auto, y lo llevara de vuelta a casa.
—Mi plan es llevarte a California, Anya, ahí podrás trabajar en la Escuela de Arte de Santa Mónica, es un internado, así que podremos vivir ahí, me propusieron ser el director, y decidí elegir Chicago, pero ahora, podemos ir ahí, ¿Qué te parece?
Cuando Dennis observó a Anya, la notó ausente.
—Lo que sea, solo quiero irme de aquí —dijo
Bajaron del auto, y caminaron al aeropuerto, Dennis bajó su maleta.
—Bien, compremos los boletos, y vámonos, allá podrás comprar un nuevo guardarropa.
Ella no dijo nada. Dennis moría por saber cuál era su pensamiento, quería estar dentro de su cabeza.
Entraron al aeropuerto, èl estaba por comprar los boletos de avión.
Anya estaba parada ahí, pero se sentía sin vida, una opresión estaba golpeando su pecho como si tuviese una losa encima, sus ojos se cubrieron de lágrimas, estaba luchando, sintió qu