Cap. 44: Señor Duque, ¿qué hace aquí?
Stella avanzaba por el pasillo, sintiendo cómo cada paso la alejaba, no solo de Mike, sino de la vida que alguna vez había soñado. Su corazón latía con fuerza, recordando el beso que él le había dado. Mientras caminaba, de repente, el mundo a su alrededor comenzó a girar. La luz del pasillo parecía distorsionarse, y un mareo intenso la obligó a detenerse, apoyándose en la pared para no caer.
Justo en ese momento, Verónica salió del baño y al ver a Stella pálida y tambaleante, su expresión se llenó de angustia. Rápidamente, se acercó a ella.
—¡Stella! ¿Estás bien? —preguntó, tocándole el hombro con suavidad. Pero antes de que Stella pudiera responder, sus rodillas cedieron y se desplomó en los brazos de su amiga.
—¡Ayuda! —gritó Verónica, alarmada, mientras intentaba sostenerla—. ¡Por favor, alguien que nos ayude!
Atraído por el llamado de auxilio, Steven, el abogado y amigo de Stella, se apresuró hacia ellas con el rostro lleno de preocupación. En ese mismo instante, Mike y Evangeline