El misterio de la vida no es un problema a resolver, sino una realidad a experimentar
(Duna, Frank Herbert)
Adara demanda a sus pies subir lo
más rápido que puede, incluso exigiéndose más, trotando por las escaleras, oye súbitamente las voces de sus criadas y a Eri detrás de ella, mientras la persiguen. Estaban muchos pasos lejos del destino al que se dirigía.
Trata de agudizar sus sentidos hasta arriba del límite y se deja guiar por sus propios instintos, sintiéndolo en su ser, en su alma. Ese mismo instinto la lleva a una ala completamente cerrada a la que jamas se había dirigido. ¿Por qué? No lo recuerda.
De hecho, cuando le dieron la visita guiada los gemelos no llegaron a esa parte de la enorme mansión. Ni siquiera se había dado cuenta que había una ala más hacia este lado.
Que extraño.
A lo lejos ve a un grupo de hombres, todos uniformados, parados tensamente detrás de una puerta e identifica a Maverick entre ellos. La atmósfera se puede cortar con un cuchillo de mantequilla.