Coorah. En algún lugar frente a la Costa Esmeralda, Cerdeña. Italia 2024. Abrí los ojos gracias al sonido del mar, y de las aves que oía surcar el cielo. Desde donde estaba, en una especie de cama bailesa que habían instalado en la cubierta principal, a la popa del barco, cubierta por toldos de gasa y lona blanca, que nos protegían del sol, y con cuidado de no ser deslumbrada, dirigí mi vista al verde claro del mar, en contraste con el azul turquesa que se veía en zonas más profundas, alejadas de la costa, la tierra blanca, y el bosque mediterráneo que casi hasta llagaba al borde de los acantilados, todo era impactante, era como estar el en paraíso, y nosotros fuéramos Adán y Eva, antes de ser expulsados, antes de ceder a la tentación. Junto a mí, dormido, y comprensiblemente agotado, después de toda una noche sin apenas poder cerrar los ojos, mientras yo me trataba de poner al día, después de años, tras haber recuperado mi segunda virginidad, y, sobre todo, con un colaborador tan
Kiora. Casa de Coorah, en Sevilla, Andalucía, España, 2024. -” ¿Que huiste del Iceberg? ¿Qué demonios me estas contando, Kiora Bell?”- aunque estábamos a solas en la terraza de la casa de mi Dulce, ella gritaba indignada, como si estuviéramos en una habitación llena de gente ruidosa, y tratáramos de comunicarnos de un extremo al otro de esa habitación. Hasta los guardaespaldas que habían viajado con ella desde Italia, que por cierto eran numerosos, entraron en modo alerta, mientras nos miraban para ver si había algún peligro potencial. -” Exactamente, no me he huido, más bien fue una retirada estratégica, para conseguir las fuerzas, ante lo que me espera dentro de dos semanas. Además, pasar una noche con ese hombre, ya es más que...”- otro grito, nada normal en Coorah, volvió a hacerme mirar avergonzada a los guardaespaldas, que ya comenzaba a moverse nerviosos ante lo que oían, sin saber si tenían que actuar o no, para clamarlos con un gesto de mis manos, avisándoles de que nada
Kiora.Casa de Coorah, en Sevilla, Andalucía, España, 2024.Me senté en el sillón con brusquedad,y de un tragome tragué lo que me quedaba en la copa, eramanzanilla, un vino fino muy
Coorah. Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, Sevilla, Andalucía, España, 2024. Pese a que el volver a mi rutina diaria me ayudaría a no echar tanto de menos a mi Adonis, que con el trabajo en el hospital, con mis pacientes, mi equipo maravilloso de grandes profesionales, sería suficiente, pero no fue así. Despertarme cada madrugada buscando el calor de mi hombre a mi lado, era lo que llevaba haciendo desde que prácticamente volví a casa. Ni siquiera el encontrarme a Kiora en mi salón, el día que regresé me hizo sentir completa, algo que antes no me pasaba, al hogar que yo había creado hace años en Sevilla, le faltaba algo. Como esperaba mis compañeros se alegraron mucho al saber que ya estaba casada. Es verdad que, al principio, pensaron que me había casado con Carlos, se sorprendieron bastante, cuando les aclaré que en realidad mi marido era un empresario italiano, muy guapo, del que me enamoré perdidamente durante el crucero. Muchas de mis compañeras, e incluso al
Narrador. Hotel Boutique Casa Del Poeta, Sevilla, Andalucía, España, 2024. Muchos movimientos se estaban produciendo mientras Kiora y Coorah, vivían un pequeño descanso de su ajetreada vida en la casa de la última, antes de que tanto el marido de Coorah, como el prometido de Kiora, las reclamaran como sus compañeras de vida, cambiando todo lo que ellas habían conocido hasta ahora. Ambas se lo tomaban con actitudes diferentes, mientras Coorah a cada segundo que pasaba sin su Adonis italiano, lo echaba cada vez más de menos, y estaba deseando que regresara, para mudarse a su nuevo hogar, que ella supervisaba con mucho cuidado, y amor, Kiora, por el contrario, estaba llena de dudas, lo único que tenía claro era que no se iba a echar para atrás, se lo debía a su prima, además tras la última conversación con su Pepito Grillo particular, alias Dulce, se había dado cuenta de que no le era tan indiferente a ese maldito empresario, que ahora era su prometido, como trataba de demostrar a los
Coorah. Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, Sevilla, Andalucía, España, 2024. - “Estoy en Sevilla, pasaré por tu casa esta noche, espero que me recibas como se debe.”- ese fue el escueto mensaje que recibí de mi tío, que me había mandado a mi móvil. Después de horas de supervisar a mi paciente, tras el postoperatorio, sin ninguna incidencia, móvil en mano, me fui a cambiar, ya había terminado mi turno, fue en ese momento cuando descubrí el mensaje que me había dejado mi tío Ducal, justo cuando terminaba de quitarme el uniforme, y comenzaba a cambiarme en los vestuarios femenino, habilitado para el personal médico. No tengo que decir, que me fastidió el mensaje, mi padre o mi tío nunca venían con buenas intenciones, seguramente Kiora había recibido el mismo mensaje, y ahora mi prima, estaría muerta de ira, buscando alguna excusa para eludir lo que yo ya suponía que iba a ser una exigencia de su padre, sus días de tranquilidad habían terminado, toda la presión, y las
Fazio. Aeródromo de Los Alcores, Sevilla, España 2024. -” Está todo preparado, Don De Falco, el Consigliere lo ha dejado todo listo, su coche le está esperando, en menos de una hora estaremos en la casa de la señora De Falco.”- me dijo uno de mis hombres, mientras descendía del jet que Renzo, mi cuñado, y mano derecha, había alquilado, a orden mía, para sorprender a mi esposa, llegando casi cinco días antes de lo previsto. Sinceramente estoy agotado, he tenido que, prácticamente, no dormir para realizar todas las reuniones que tenía prevista, sobre todo con las tres familias que me faltó conocer, en mis diez años de preparación para sustituir a mi padre, y al mismo tiempo, reafirmar la fidelidad del resto de familias que trabajaban para nosotros, tanto en Estados Unidos, como en Europa. Iba pensando que aún me quedaba un último viaje que haría el próximo mes, ya que sólo me faltaba la visita que tenía que hacer a Johannesburgo, en Sudáfrica, para reunirme con los De Santis, una
Narrador. Suite de Dural Bell, Hotel Boutique Casa Del Poeta, Sevilla, Andalucía, España, 2024. -” Hola tío Dural, mejor, para vernos, te invito a cenar en el restaurante Abantal, esta noche, es un restaurante muy prestigioso de Sevilla, pronto te envió la hora, cuando la confirme, avísame sí no tienes inconveniente.”- fue el mensaje que un sonriente, y algo molesto, ante la complicación que esto suponía para sus planes, que Dural Bell recibió de quién consideraba “su niña”. Su idea inicial era ver a Coorah, había surgido esa noche de la oportunidad, y también de la improvisación en un principio, pero con el paso de las horas, el plan, que nunca ejecutó, pero que había pensado hace muchos años, fue tomando de nuevo fuerza en su mente. Al principio no lo había llevado a cabo por respeto a su hermano, es verdad que ese plan surgió de la desesperación de perder a su amada niña hace tres años y de su idea que al final Coorah sólo era una mujer, en el fondo ni ella sabía lo que era l