Capítulo 130. Un ataque enloquecido que revela verdades.
Coorah.
Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, Sevilla, Andalucía, España, 2024.
-” ¿Es que no te vas a quitar el EPI, para que podamos hablar? Total, ya está contaminado, así no puedes entrar en la zona de esterilización, no creo que tengas que llevarlo encima todo el tiempo, más cuando has cometido un error tan importante”- le dije con algo de impaciencia, y severidad, a la enfermera Basterra.
Ni siquiera me di cuenta de que, durante unos segundos, la enfermera se paralizó antes de comenzar a quitarse el EPI. La verdad es que no pretendía ser tan dura con ella, según la enfermera jefe del área de paliativos, aunque antisocial, era una buena enfermera, además, sólo hacia una semana que estaba trabajando en ese puesto, y según su curriculum, anteriormente sólo había trabajado en pequeños hospitales rurales en el Euskadi, con lo cual, nunca había dado el paso a las grandes entidades hospitalarias.
-” Bien creo que...”- comencé a decirle mientras de espaldas a mí la en