Hades regresa a su apartamento más temprano de lo habitual. Dejó a Elena con Macarena mientras el iba a echarle un ojo a Amir.
A medida que se acerca a la puerta, se dice a sí mismo que Amir, su primo, debería haber terminado ya con su celo. Hades había dejado su apartamento en manos de Amir precisamente para que tuviera un lugar seguro donde pasar ese tiempo. Pero ahora que el periodo debería haber acabado, estaba listo para retomar su espacio. Abre la puerta y entra. Todo está silencioso, excepto por un débil aroma en el aire que hace que frunza el ceño.
El ambiente esta inusualmente tranquilo, pero al entrar, se detuvo abruptamente. No puede identificarlo de inmediato, pero hay algo diferente, algo que no encaja.
Caminando hacia la sala, su mirada se posa en la cocina, donde ve a una figura femenina de espaldas, cubierta únicamente por una bata de seda. Su cabello estaba recogido de manera despreocupada, y estaba sirviendo café como si estuviera en su propia casa. Hades se detiene,