Hades y Elena llegan a la universidad temprano esa mañana, caminando juntos por los pasillos llenos de estudiantes.
La presencia de Hades no pasa desapercibida: su porte imponente y la forma en que camina al lado de Elena hacen que varias miradas se vuelvan hacia ellos.
Por su parte, Elena se siente un poco nerviosa. Sabía que tener clases juntos sería complicado, pero no imaginó que estaría tan consciente de cada movimiento de Hades.
Al llegar al salón de clases, toman asiento en la parte media de la clase. La profesora Regina, una mujer mayor con cabello gris recogido en un moño y gafas redondas, entra con un portapapeles en la mano.
—Buenos días, estudiantes. Hoy trabajaremos en grupos para la asignación de la semana —anuncia con voz firme.
Hades y Elena se miran brevemente. No hace falta decirlo; ambos saben que formarán un equipo. La profesora comienza a asignar los temas.
—Hades y Elena —dice, deteniéndose un momento para mirar la lista—, trabajarán juntos en la presentación sob