—Estamos bien, gracias. Además, no es lo que piensas, Dante— comienza Lucas, pero Dante levanta una mano para detenerlo.
—No, Lucas. Sí es lo que pienso. — dijo señalando a Yazmín y Laila. — Has impregnado a dos mujeres alfas, las hermanas mayores de Hades, ni más ni menos. Tendrás problemas, pequeño hermano. — Lo señala, con una expresión entre divertida y preocupada.
Hades, que hasta ahora había permanecido en silencio, se frota el puente de la nariz con resignación.
— Esto es un desastre. —murmura, lanzándole una mirada de advertencia a Lucas. — Sabes cómo son nuestros padres, Lucas. No van a tomar esto bien. Si casi me condenan por estar con Elena, no me quiero imaginar como van a reaccionar cuando sepan que estas no con una, sino con mis dos hermanas mayores, hasta casi te doblan la edad. Ya me imagino los gritos empedernidos y las maldiciones de esos dos hacia ustedes.
Lucas suelta un suspiro pesado y levanta ambas manos en una señal de rendición.
—¡No es mi culpa, ni la de ella