Por Alberto
Mi frialdad es absoluta.
Vivián se creía impune.
Indudablemente ella piensa que se pueden comprar personas y cree que comprar un niño es como pagarle a una prostituta por sus servicios.
-No podés destruir nuestra familia, tenemos un legado, tenemos alcurnia, somos respetados.
¿Alcurnia? ¿Respetados? ¿En base a mentiras?
-Eso no importa, no podés destruir lo que logramos.
-Lo destruiste vos, vos te metiste conmigo, te metiste con la mujer que amo y eso no te lo perdono.
-Ella, si se enteraba que ya estabas casado, te podía demandar, el escándalo iba a ser terrible, lo íbamos a perder todo.
-Por Alice doy todo lo que tengo, es verdad, en su momento no me separé de vos por prestigio, porque da seriedad ser un hombre casado, pero ahora que no la tengo a ella, no me sirve de nada el prestigio, te salió caro no saber distinguir que el amor que siento por Alice rige mi existencia.
-Estás hablando tonterías.
Yo la corto en seco, esta conversación ya se estiró demasiado.
-Que Rica