Por Alberto.
Soy un cobarde, no podía alejarme de la casa de Alice, pero no me animaba a tocar el timbre de su casa.
No sabía en dónde estaba y, necesita verla.
No entraba en mi cabeza no tenerla.
Quiero estar a su lado.
El celular no me lo contestó nunca más.
Logré dar con ella tres semanas después, pero su amiga Mirta no permitió que me acercara demasiado, parecía su madre.
Al principio, Alice no hablaba y cuando lo hizo, su voz estaba demasiada firme, tanto que me estremeció.
La perdí, y con eso perdí gran parte de mi vida y de mi esencia.
Ya no era invencible, ni me sentía poderoso.
Alice ya no me miraba como si yo fuera un rey, no me miraba con admiración, me miraba con mucho desprecio y sobre todo con dolor.
Finalmente, luego de cruzar unas palabras, se marchó sin mirar atrás, sin saber que esta vez, en serio, estaba a punto de ser un hombre libre.
Vivián accedió a darme el divorcio, sin escándalos.
Ella tenía mucho que perder, más que yo.
Flash Back
Hace tres semanas atrás…
La