La mujer que había visto hace poco porque me disparó desde afuera del edificio, me observa sonriente mientras yo siento que en cualquier momento moriré y no hay que pueda salvarme.
‘Arnold, te salvé de la muerte, ¿Por qué no haces lo mismo cuando tú has causado que esté en esta situación.’ Me digo mentalmente.No sé qué decir y que ella no me vea como una mujer hipócrita, porque me vio cenando con su prometido en una mesa donde no había alguien más justamente el día de su cumpleaños.— Shelvy, ¿Cómo estás?— Vaya, eres tonta o muy osada para llamarme como si fuéramos cercanas.— Lo siento si te he ofendido, pero, no sé su apellido y si quiere que la llame señorita, señora o de alguna otra forma. — digo angustiada.— Puedes llamarme señora Krick, a