Mi corazón se acelera y no es por la excitación que pueda sentir, si no, porque Arnold se ve muy molesto debido a lo que hemos hablado, por eso, ese hombre no hace preguntas y habilita la primera habitación que está disponible para abrirnos la puerta al punto que Arnold pueda pasar sin problemas.
— Espera un momento, por favor. — imploro preocupada por mi propia seguridad.— No, Eva. No voy a darte ni siquiera un segundo, me has dejado en claro cuáles son tus miedos y yo voy a mostrarte que eso es lo que menos te debe preocupar.— Arnold, no sé cómo ayudas a superar tus miedos pero…— Estamos solos, Eva. Así que, hablemos bien las cosas. — dice Arnold lanzándome a la cama.El material de la cama me hace rebotar mientras yo siento que mi corazón está a punto de estallarse, sobre todo, porque la mirada de Arnold es tan terrorífica que