El chico me sonríe y yo lo observo dudando de su estabilidad mental, ya que, yo le he disparado y ahora es que me respeta.
— Yo no tengo idea de cómo funcionan las cosas en este mundo violento, pero en mi mundo si alguien me dispara me enojaría mucho.— Lo merecía, señora Krick. Después de todo, la dejé sola.— No soy la señora Krick. Así que, por favor no me llames así.— ¿Van a seguir con la conversación o podemos moverlo antes que algo terrible suceda? — dice uno de los doctores.— Debemos marcharnos. Le pediré a los chicos que nos ayuden. — dice Andrés presionando algo en su chaleco y así es como sale su teléfono.Confundida, miro a mi alrededor implorando que no vengan más de esos hombres que desean matarme aunque yo no tengo algo que ver en esto.‘Ahora si tienes algo que ver, y