Tengo esa cantidad y mucho más, pero no puedo sacarlo y entregarlo fácilmente o él se dará cuenta que tengo mucho dinero y podría hacerme daño. Por eso, comienzo a llorar como una mujer desconsolada al punto en el que él entra en pánico por no saber qué hacer.
— No tengo todo ese dinero. Quiero marcharme de este país que solamente me ha traído cosas negativas y no tengo todo ese dinero para marcharme, así que, ¿qué debería hacer? — pregunto llorando y el hombre coloca su mano en mi hombro para consolarme.— Por favor, no llore. No le he hecho algo malo para que usted comience a llorar.— Lo siento, pero no puedo evitarlo. No tengo una casa a donde ir y aunque he pedido asilo, los lugares están tan llenos que ya no están recibiendo más. Yo he hecho todo lo posible para poder mantenerme en este país, pero todas las