Nos marchamos hasta la fiesta donde se supone que sería algo calmado y con clase, pero, la realidad es que estamos en una discoteca. Es bastante fina y la música no es tan fuerte como los lugares como este lo son, pero, sigue siendo una discoteca donde las personas visten muy elegantes.
‘Tienen una extraña forma de actuar con clase y seguir siendo comunes.’ Me digo mentalmente.— Espero que no te marches esta noche a un callejón para besarte con algún bastardo, Eva. — dice Arnold con frialdad y yo lo observo enojada.— Te lo digo, si sigues pensando que soy lo peor, ¿Por qué hablas conmigo? ¿Para qué estás con una mujer como yo?— No te hagas la victima que con eso no me mandaron fotografías, yo si te vi. — dice Arnold y yo suspiro profundo.— Dime donde debo quedarme y me mantendré allí como una buena niña.&