Aunque efectivamente al principio había sentido cierto interés por Marisela, y después, cuando sospechó que ella era esa persona, casi se había enamorado de ella.
Pero él no era una persona promiscua. Una vez confirmado que Marisela no era esa persona, retiró sus sentimientos y comenzó a dedicarse completamente a Isabella.
Pero no esperaba que en el futuro aún tendría algún tipo de relación con Marisela. En aquel momento su abuelo lo había obligado a separarse de Isabella y le había ordenado casarse con Marisela.
Él estaba convencido de que Marisela había usado algún método para que su abuelo lo presionara, así que comenzó a odiarla y a dirigirle todo tipo de palabras crueles...
La habitación del hospital estaba completamente silenciosa, y afuera de la ventana reinaba la oscuridad.
Lorenzo abrió los ojos, miró el reloj en la pared: ya eran las diez de la noche.
Solo podía decir que el destino era impredecible, que la vida jugaba con las personas.
Más tarde se había vuelto a enamorar de