En el lugar del accidente. Aunque aún se encontraba conmocionada, con los brazos y rodillas raspados, Marisela logró incorporarse con dificultad y se dirigió tambaleándose hacia donde estaba Lorenzo.
—Lorenzo, ¿Lorenzo? —lo llamó por su nombre con voz temblorosa.
En el suelo se extendían rastros serpenteantes de sangre. La vista era escalofriante para Marisela, quien sintió pánico en su interior mientras su ritmo cardíaco se aceleraba.
Ese impacto había sido con toda la fuerza, y además le había golpeado la cabeza...
Marisela no se atrevía a imaginar lo peor. Extendió su mano temblorosa para verificar si respiraba.
Si Lorenzo había muerto, si había muerto tratando de salvarla...
El rostro de Marisela se puso terriblemente pálido, apenas podía detectar respiración bajo su mano.
—Lorenzo...
La visión de Marisela se nubló y luego las lágrimas ardientes brotaron, deslizándose por sus mejillas hasta caer al suelo.
En ese momento su mente estaba completamente en blanco, solo deseaba que él s