Ambos se encontraban en el mismo San Miguel del Monte. Aunque Eduardo había prometido mantener vigilado a Lorenzo para evitar que se cruzara en su camino, la situación de hoy era especial.

El grupo Cárdenas tenía negocios con HG, y Lorenzo había venido a una reunión comercial, justo el mismo día que ella participaba en la competencia de un proyecto pequeño de HG.

Manuel identificó al hombre sonriente que despedía al distinguido visitante: se trataba de uno de los gerentes principales de HG.

También observó al hombre del traje azul marino. Aunque no lograba reconocerlo solo de espaldas, sí identificó a su acompañante—

Aurelio.

Por tanto, el importante empresario que recibía tanto respeto era nada menos que el propio señor Cárdenas.

A Manuel le pareció una coincidencia demasiado extraña, así que buscó a Marisela con la mirada, pero ella había desaparecido de su lado.

"¿Marisela?"

La llamó casi en un susurro, con voz muy tenue, hasta que logró distinguir parte de su vestimenta en el extre