Isabella no dijo nada, solo lloró. Daniel también se quedó parado, sin decir una palabra, esperando a que terminara de llorar.
Así permanecieron en tensión por uno o dos minutos. Daniel ya no la consoló, Isabella finalmente bajó la cabeza, porque negar ya no servía de nada, lloró y dijo:
—Perdón, Daniel...
—No puedo olvidar, no puedo olvidar el daño que Celeste me hizo...
—Dices que busqué gente para humillarla, pero ¿qué hay de las humillaciones que ella me hizo antes? Las humillaciones que sufrí no fueron menos que las suyas...
—Ese día afuera del reservado, también escuchaste cómo me insultó Celeste, y ella con su hermano me hicieron pasar quince días en el centro de detención...
Expresó todas las humillaciones que había recibido de Ulises y su hermana, manifestando que era "venganza por venganza", aprovechando para victimizarse y buscar compasión.
Estas palabras surtieron efecto, Daniel después de escuchar sintió una punzada en el corazón.
Sabía que Celeste tenía mucha hostilidad h