Al escuchar esas palabras, las modelos se burlaron con mayor intensidad. Anabel se rió tanto que casi se queda sin aire:
—¡Qué ridículo! Eso sería como esperar que cambies tu naturaleza, algo completamente imposible.
—Isabella, antes eras tan arrogante y despótica, ¿por qué ahora nos hablas de manera tan sumisa?
—Podemos no molestarte, pero tienes que venir a limpiarnos los zapatos, y lo harás arrodillada.
Las otras modelos sintieron que eso no era suficiente y comenzaron a agregar más condiciones:
—También tienes que hacerlo completamente desnuda, dando vueltas alrededor del edificio...
—Yo haré la transmisión en vivo para que todo el internet pueda presenciarlo...
Isabella escuchaba estas palabras mientras se mordía el labio inferior, y poco a poco sus ojos se fueron llenando de lágrimas.
El chofer que estaba detrás finalmente no soportó más y se acercó para defenderla:
—¡Les advierto que no se excedan!
Anabel y las demás lo observaron y comenzaron a burlarse:
—Isabella, ¿este es tu