—Si pudiera volver al pasado, no habría impedido que Lorenzo e Isabella estuvieran juntos, que los jóvenes manejen sus propios asuntos —dijo Eduardo.
Al escuchar esto, Daniel sabía que eran palabras superficiales de Eduardo, porque entendía que no apreciaba a Isabella, mucho menos podía hablar de arrepentirse de haberlos separado en el pasado.
Con saber esto era suficiente, la verdad de los hechos estaba fuera de las expectativas de Daniel, se preparó para ir a verificar por su cuenta.
—Gracias abuelo Eduardo por contarme, entiendo, cuídese bien, le deseo una pronta recuperación —dijo Daniel para cerrar la conversación.
Eduardo aún no había respondido cuando Lorenzo empujó la puerta para salir, al escuchar la voz de Daniel, inmediatamente aceleró el paso.
—¡Daniel! —Lorenzo le arrebató el teléfono gritándole.
—¡Maldito sinvergüenza, qué estás haciendo, ya no hay ley! —Eduardo se enfureció con él, insultándolo.
Lorenzo hizo oídos sordos, tomó el teléfono y se fue directamente al pasillo