En la sala de interrogatorios, Isabella lloró aún más fuerte, sollozando sin poder hablar claramente. Sus explicaciones fueron:

—No pensaba realmente hacerle algo a Marisela, tenía miedo, miedo de ir a la cárcel...

—Además, Marisela y yo somos amigas, ¿cómo iba a hacerle daño real a una amiga?

—No me vean como alguien tan malvada, en ese momento solo estaba demasiado alterada emocionalmente e hice cosas extremas, era la primera vez que hacía algo ilegal...

La oficial vio que estaba confundiendo el tema, sin responder directamente, solo justificándose desde otros ángulos. No era una persona fácil de tratar.

Justo cuando iba a presionarla más, un colega entró desde afuera y la saludó.

La oficial volteó a ver al familiar de la sospechosa que estaba afuera de la ventana, y se vio forzada a dejar el tema por el momento.

Después de interrogar hasta ahora sin resultados, esta mujer llamada Isabella era increíblemente descarada y testaruda. Solo con métodos más duros se podría lograr algo.

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