—¿Qué tiene de bueno Lorenzo? Siguiéndolo tarde o temprano te volverá loco.
Aurelio: Aunque... el señor Cárdenas paga muy bien, así que uno puede aguantar ser su empleado por el buen sueldo.
—No te presiono, de todas formas la oferta es permanente, eres bienvenido a venir conmigo cuando quieras —dijo Celeste nuevamente.
Aurelio al escuchar esto se sintió algo emocionado, pero tuvo que contenerse para no mostrarlo, solo se inclinó para agradecer.
Al lado de la esquina, Lorenzo miraba siniestramente a cierta mujer que estaba tratando de robarle a su gente.
En el pasado había sembrado discordia frente a Marisela, arruinando la relación entre ellos dos, y ahora encima tenía los ojos puestos en su asistente.
Si no fuera porque Ulises también estaba ayudando a buscar el antídoto, ya la habría echado hace rato.
Celeste no se fue, sino que siguió esperando. Al mismo tiempo, en la estación de policía, los oficiales llamaron a Isabella para interrogarla, con Daniel acompañándola.
Él no pensaba q