Si quería cambiar de carrera, entonces la llevaría al extranjero, la acomodaría en la empresa familiar, o personalmente se haría cargo de ella.
Por supuesto, en realidad tampoco necesitaba que trabajara, que fuera una pequeña princesa feliz sería lo mejor, solo tendría que disfrutar la vida todos los días y acompañar a sus padres.
Mientras pensaba en esto, Daniel recibió otra llamada del secretario.
—Ehh... señor Acosta... —el secretario hablaba con vacilación, como si quisiera decir algo pero no se atreviera.
—¿Qué pasa? —preguntó Daniel.
—Es que... mandé investigar otra información sobre la señorita Fuentes, y resulta que en internet hay algunas...
El secretario se quedó callado, interrumpió lo que iba a decir, sin saber si debía continuar o no.
Daniel frunció el ceño. —¿Qué hay en internet? ¿Escándalos de mi hermana?
Isabella como modelo era una figura pública, tener escándalos era algo natural.
No importaba, él se encargaría de eliminar todo completamente.
—En realidad no son exact