Capítulo 39
Al regresar a casa con Isabella, Lorenzo se encontró con Marisela ya ocupada en la cocina.

Se acercó a ella, mirándola cocinar y robando un trozo de carne guisada, ambos casi pegados.

Desde la puerta, Isabella observaba la escena con tanta rabia que parecía a punto de romperse los dientes. No sabía si era su imaginación, pero sentía que desde el regreso de Marisela, Lorenzo se había vuelto más cercano a ella de forma imperceptible.

—Mari, ¿qué estás cocinando? ¡Huele tan bien! —dijo con una sonrisa, entrando y metiéndose entre los dos.

—Lorenzo, cómo puedes hacer que cocine apenas regresa, como si fuera la criada —se quejó Isabella, aparentando defenderla.

Marisela la miró fríamente, entendiendo que se estaba burlando de ella.

—Cocinar es su obligación —respondió Lorenzo como si fuera lo más normal.

—Creo que simplemente no te gustaba mi comida. Pobre de ti, teniendo que comerla durante los quince días que Mari estuvo hospitalizada —bromeó Isabella con sarcasmo.

—No es eso, tu comida t
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