Los dos se subieron al auto, Celeste en el asiento del copiloto, Marisela en el asiento trasero, el auto arrancó.
—¿A qué centro comercial vamos? —preguntó Ulises a su hermana.
Celeste le dijo el nombre, y Ulises abrió el GPS.
En el asiento trasero.
Marisela apretó ligeramente los labios, pensando en lo que Ulises había dicho hace un momento.
La otra persona no quería dinero, sino usar la comida que ella cocinara para "compensar".
El dinero de una comida era realmente muy poco, incluso comprando carne de res y costillas, una vez no sería más de unos cientos, y la comida de hoy...
Calculando tendría que cocinar...
Marisela calculaba mentalmente el precio y la cantidad de veces.
Los días de trabajo tenía que ir a la oficina, si cocinaba la cena no llegaría a tiempo para entregarla, Ulises comía en casa los fines de semana, solo trabajaba horas extra en la oficina los sábados.
Un día a la semana, incluso si eran dos comidas al día, almuerzo y cena, tendría que hacerlo por todo un año.
Aun