En ese momento, al otro lado del océano.
Leonel miró la fotografía en sus manos, una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios.
La mujer en la foto era de una belleza refinada y distintiva, nada que ver con las típicas caras de influencer operadas, no era de extrañar que su "hermano" hubiera caído ante semejante mujer fatal.
—Como dice el refrán, lo ajeno siempre sabe mejor~ —murmuró con aire despreocupado.
—Hermano, me haré cargo de tu ex ~ De ahora en adelante deberías llamarla cuñada, ¿no? Ajajaja—una sonrisa maléfica apareció en su rostro, como si fuera a armar un gran show.
Realmente quería ver esa escena, la empresa y la mujer, todo se convertiría en su botín, humillando completamente a Lorenzo.
Y ese viejo también, ya tenía edad, ¿no? Era hora de que se fuera.
El Grupo Cárdenas iba a cambiar de dueño.
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En el país.
Lorenzo insistió en ir a trabajar a pesar de estar enfermo, mientras que del otro lado, Marisela ya había llegado a la empresa.
El trabajo continuó como de costumbre,