Germán: [Es que ella no me creyó, lo que quería decir es que traté de ayudarte, pero no funcionó.]
Ulises le respondió entre dientes:
—¿¿Y encima quieres que te agradezca??
Él se mandaba solo y después Ulises cargaba con las consecuencias, ¿y además tenía que agradecerle a Germán?
¿Dónde quedaba la justicia en este mundo?
Al escuchar ese tono de su amigo, Germán por una vez frunció el ceño.
Uf, ¿no le gustaba Marisela a Ulises? ¿O sí le gustaba?
¿O solo lo negaba de dientes para afuera?
—Bueno, bueno, me metí donde no me llamaban —dijo Germán.
—Pensé que te gustaba un poquito.
Ulises:
—...A lo mucho es amiga de Celeste, nada más.
Germán alzó una ceja:
—Entonces ¿por qué la molestaste sin razón?
Ulises:
—...Eso fue un malentendido, por eso estoy tratando de compensarla. Después de esto ya no vamos a tener más contacto.
Al escuchar esto, Germán se cruzó de brazos y no dijo nada más.
—En fin, de ahora en adelante no te metas de casamentero, recuerdo haberte advertido ya una vez —le llegó