—Sí, menudo hipócrita estás hecho —replicó Celeste a Ulises.
Ulises no quería perder tiempo en discusiones y fue directo al grano:
—¿Dónde está Marisela? ¿Está a tu lado?
Celeste levantó la vista y se encontró con la mirada de Marisela, quien agitaba las manos y negaba con la cabeza, mostrando total rechazo.
Entendiendo la intención de su amiga, respondió:
—Marisela acaba de ir al baño.
Ulises guardó silencio unos segundos antes de responder:
—¿De verdad se fue? ¿O simplemente no quiere hablar?
Marisela suspiró con resignación.
¿Por qué preguntaba eso si él mismo había dado la respuesta? Era obvio que no quería hablar con él. ¿Acaso esperaba un enfrentamiento en directo?
Captando la mirada exasperada de su amiga, Celeste golpeó el cristal de la cocina fingiendo llamar a alguien, y luego respondió a Ulises:
—Realmente se fue. Si tienes algo que decir, dilo rápido y yo se lo transmitiré.
—Y ahórrate cualquier comentario provocativo que avergüence a los Bustamante. Te advierto que estoy g