Desde su asiento, Ulises observaba a la joven. Aunque claramente disgustada y enfadada, mantenía las apariencias y decía palabras falsas para "complacerle" por el bien de la empresa. Bastante interesante.
Al otro lado, Matías notó que la mirada del señor Bustamante seguía persistentemente a Marisela mientras tomaba asiento, y su mano sobre la mesa se tensó involuntariamente.
—Señor Bustamante, por favor deje de bromear con mi empleada. Acaba de incorporarse hace poco y es bastante tímida —dijo Matías sonriendo.
Ulises apartó la mirada y asintió:
—Sí, un poco. Con más práctica mejorará.
Matías quedó desconcertado. Todos los presentes quedaron desconcertados. ¿El comentario del señor Bustamante sonaba algo provocador?
En el extremo derecho, al escuchar la conversación, Marisela arrugó con rabia los documentos que tenía frente a su computadora.
Hombre detestable. Sabía perfectamente que ella no era una "acompañante" y aun así la provocaba deliberadamente, haciéndole "bromas" delante de ta