Capítulo 87
En la cocina, Celeste se dio la vuelta para sacar un tazón. De repente, vio a Lorenzo que se paró no muy lejos de ella. Se dio un sobresalto al verlo.

—Jefe, ¿ya terminaste tu trabajo? —preguntó ella dejando de lado la cuchara.

Un poco apenada, alisó un poco el dobladillo de la camisa. Le explicó:

—Es que se ensució mi falda y tuve que usar tu ropa...

Aunque no era la primera vez que usaba su ropa, Celeste aún se sentía un poco incómoda. Por más que jalara del dobladillo, apenas le cubría hasta la mitad de los muslos. Lorenzo entrecerró los ojos. Le gustaba verla usando su ropa, pero en este momento... ¿realmente quería dejarlo comer...?

Sintiéndose incómoda por la mirada ardiente del hombre, Celeste cambió de tema:

—La cena ya casi está lista. Espera un momento.

La mirada de Lorenzo recorrió sus blancas piernas. En su mente, se le cruzó la imagen de esas piernas enredadas en su cintura, pero no dijo nada y fue a sentarse a la mesa del comedor. Incluso si él no tenía apetito, ella tení
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