—Eres codiciosa y atrevida, debería azotar tu trasero por eso.
Ella gimió sintiéndose mucho más caliente con sus palabras sucias. Podía sentir su rígido, venoso y palpitante miembro profundamente dentro de ella.
—Deberías hacerlo —dijo ella en un tono seductor—. Pero ahora yo estoy al mando.
Él arqueó una ceja sonriendo ladinamente hasta que ella comenzó a moverse y Kieran siseó de placer dejando caer su cabeza hacia atrás pero no cerró sus ojos, estos siguieron cada uno de los movimientos de aquella hembra sobre él.
Aisha lo tomó primero suavemente como si estuviera buscando seducirlo o acoplacer a aquella pasión desbordante pero después se acostumbró. Cada vez lo cabalgaba más rápidamente, su respiración se volvió entrecortada y Kieran gruñó deshaciéndose del agarre de sus manos.
Aisha gimió casi cayendo por su rapidez pero logró sostenerse con las palmas de sus manos a cada lado de la cabeza del macho, sus pechos rozaron el pecho de él creando una sensación erótica antes de que Kie