Aisha abrió los ojos ampliamente sobresaltada ante lo cercano que estaba el macho de ella.
Al ver que ella trataba de incorporarse, él la ayudó pero en el proceso quedó demasiado cerca de su pecho y tuvo que alzar la mirada para poder verlo a los ojos, pero dio un paso atrás tomando la distancia necesaria.
Definitivamente era el mismo macho al que había visto en la coronación de Kieran.
Su ceño se frunció y se cruzó de brazos mirándolo manera interrogante, sin embargo, el macho sonrió como si estuviera divertido de su reacción.
—¿Por qué me trajiste aquí?
Ella ni siquiera preguntó, sabía de alguna manera que era él quien la había llevado a ese lugar.
Detrás de ella, alguien soltó un suspiro, aliviado antes de hablar.
—Señorita DeRos, gracias a la Diosa está a salvo. Pensé que tendría que correr para traerla de vuelta. No puede hacer eso, si algo le pasa…
Pronto la mujer se quedó muda al ver al frente de Aisha, el macho del cual había olvidado el nombre.
—Tranquila, está conm