Mundo ficciónIniciar sesiónCorro a casa y encuentro a Zella ya allí con Milo, ayudándolo a probarse el atuendo que había preparado para esta noche: pantalones azul oscuro, una impecable camisa blanca abotonada y un pequeño blazer que lo hace lucir increíblemente adulto y vulnerable al mismo tiempo.
"¡Mami!", exclama cuando entro, corriendo a abrazarme las piernas. Su aroma —una mezcla de dulzura infantil y el característico almizcle de lobo que se intensifica a medida que crece— me envuelve como una manta reconfortante.
"¿De verdad vamos a ver lobos esta noche?", pregunta con los ojos brillantes de emoción.
Se me encoge el corazón. Llevo la última semana explicándole poco a poco que su padre es el Alfa de una manada de hombres lobo, y







