VIII. ¿Acaso me has tenido piedad?
Matthew venía caminando muy feliz, se había demorado un poco comprándole un juguete a Callum de figuras de acción.
Le gustaba mucho ver sus ojitos de asombro ante todo lo nuevo, a pesar de intentarlo disimular y parecer maduro.
De repente, en el área de las tiendas de ropas de mujeres, le llamó la atención que había muchas personas reunidas en la entrada de una boutique y al parecer, se desarrollaba algo muy interesante que ver.
Un presentimiento siniestro le recorrió el pecho y se apresuró con largos pasos a ver qué sucedía.
Ailsa y Callum deberían estar en esta zona y algo les decía que tenía que encontrarlos rápidamente.
Como en efecto, al apartar a las personas con su robusto cuerpo para pasar al frente, vio el espectáculo de Callum mordiendo a un guardia de seguridad que se quería llevar por la fuerza a Ailsa, la cual le decía, entre lágrimas, que ella no era culpable y que no se podía ir, porque estaba esperando a una persona.
- ¿Qué está sucediendo aquí? - su áspera y molesta