Mundo ficciónIniciar sesiónAileen apenas pudo abrir su almuerzo cuando ya tenía a un intruso acechando, el cuervo se plantó en la mesa, picoteó la tapa del envase y, con total descaro, metió el pico en sus papas con queso.
— ¡Oye! — protestó Aileen, apartándole el recipiente — Deberías estar cazando sapos, no robándome la comida. — el ave graznó fuerte, como si se ofendiera, y luego volvió a clavarle esa mirada brillante que parecía exigirle más — Ah, no... — Aileen suspiró resignada, partiéndole una papa y poniéndosela enfrente — Está bien, pero que sea la última. — el cuervo la engulló feliz, batiendo las alas, y ella rodó los ojos.
Alrededor, algunos profesores que







