Carlos

—No seas necio y haz lo que te pido. Me estás causando muchos problemas —me espetó mi padre a la cara.

—¿Que yo te causo problemas? Te recuerdo que soy yo a quien secuestraron durante cuatro días. Me apalearon, rajaron, rompieron dos costillas y casi me vuelan la tapa de los sesos. Apenas empiezo a recuperarme y tengo que lidiar con tus tonterías.

—¡No son tonterías! Entra en razón, está embarazada y en la cárcel… No podrá soportarlo, ni yo tampoco maldita sea.

Como no, después de todo aquel infierno los resultados de la prueba de paternidad arrojaron un dato inquietante, aunque después de la confesión de Abigail yo ya lo sabía, pero para todos los demás fue un shock, en particular para mi madre. Según esos resultados, yo iba a tener un hermano o herman