Todo ha ido tan rapido

Paul

—¿Quién te ha dicho que no lo pienso terminar? —sonríe la muy descarada mientras baja por mi cuello, mi pecho y se detiene en mis pectorales.

¿Qué hace? Oh no, me inmoviliza suave con sus manos en mis brazos contra el colchón, me lame y muerde mis pequeños pezones. Lejos de darme grima o algo por el estilo, un escalofrío me recorre todo el cuerpo y estoy seguro de que Marina ha debido notarlo porque se me han puesto los vellos de punta y no he podido evitar jadear de puro placer. No lo puedo evitar y de un gran impulso la coloco de espaldas en la cama, justo debajo de mi.

—Eh, eso no se vale. Te sirves de tu fuerza bruta para someterme— pequeño demonio me lanza una mirada de indefensión que para nada me hace retroceder.

Le quito lo más rápido que puedo la pequeña camiseta de tirantes negra y deja al descubierto sus hermosos pechos sin sujetador Me llevo uno de ellos a la boca, lo lamo succiono y ella chilla de placer cuando lo sujeto con mis dedos y tiro de el. Tengo sus pechos
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