Por Gonzalo
Al día siguiente, pasé por la boutique para saber cómo estaba mi madre y para ver a Debi.
Mi madre estaba probando un vestido de novia a una chica que se casaba en breve.
Había dos mujeres más, esperando y Debi estaba maquillando a una chica que iba a cumplir 15 años, que estaba con su madre.
Saludé a mi madre, cuando ella apareció del lado del local en donde esperan las personas, porque ella estaba en el sector en donde se prueban los vestidos.
Me acerqué a Debi y le di un beso en los labios.
Ella apenas me saludó.
La madre de la quinceañera quería un estilo de maquillaje y la niña otro, mi madre siempre me cuenta que eso suele pasar continuamente, con el maquillaje y con los vestidos.
Me serví un café y me senté en un sillón individual.
Las mujeres que estaban esperando, no dejaban de sonreír y de hacerme caritas, yo estaba incómodo, quería estar bien con Debi y no que se pusiera celosa.
Supongo que debe ser celosa.
Yo revisé mi celular, sin mirar a esas mujeres.
Después