Por Débora.

Cuando entramos al departamento de Gonzalo, pensé que ese iba a ser nuestro adiós.

No es falta de amor.

Estoy estresada y cansada de todo lo que tiene que ver con Marta.

Realmente pensé que cuando se termina una relación, era eso, un chau y seguir adelante, claro que hay amores que no se olvidan tan fácilmente, pero no creo que haya muchos que luego de terminar, traigan tanto problemas.

Marta sabe que él nunca la amó, hasta le escondió el hecho de que era propietario de un departamento.

Yo lo amo, con pasión, con adoración, pero si un día me plantea que se enamoró de otra, lloraría toda mi vida, pero lo dejo libre en ese mismo instante.

Lo nuestro es fuerte, tiene lazos arraigados, no puedo ni explicar cómo en tan poco tiempo estamos tan enamorados.

Él es todo para mí, pero muchas veces el miedo me domina, aunque cuando se lo planteo, lo siento tan hombre siempre queriendo protegerme y a la vez parece un chico desesperado por convencerme para que me quede a su lado.

Me dom