Auracio
Después de nuestra pequeña charla, nos sumergimos en nuestro trabajo.
- Mañana, debemos ir a hacer el control de los bares y las casas de citas.
¿Vendrás con nosotros?
- Sí, aprovecharé para presentarla a los demás.
- Tus prostitutas no estarán contentas.
- ¿Y por qué? Ellas fueron pagadas por su trabajo, no tengo novias ni amantes entre ellas.
- Espero que no se metan con Ariane.
- Si quieren morir, pueden intentarlo.
Al mediodía, salgo de mi oficina para ir a buscar a mi dulce.
Entro en la sala de informática y la encuentro tecleando a la velocidad del rayo, mis dos empleados de mantenimiento la miran estupefactos. Es asombrosa.
- Mi querida, es hora de ir a almorzar.
Ven, podrás terminar más tarde.
- De acuerdo, jefe, usted es el jefe, si me pide que gatee, lo haré.
- Qué hermosa eres así, mi querida, eres tan obediente.
La beso tiernamente, y ella se sonroja.
Demasiado linda y tan inocente.
La tomo por la cintura y vamos al comedor.
- Después del almuerzo, quiero hablar contigo.
- De acuerdo, mi querida, ahora come, necesitarás fuerzas para más tarde.
Mis hermanos se burlan de nosotros.
- Oh, el pequeño travieso, no pierde el norte ese.
- Dejad de romperme las pelotas.
- No te preocupes, si te rompen las pelotas, tu novia podrá ocuparse de eso después, ¿te imaginas?
Ella se encargará de ti.
Ariane toma la palabra:
- Ustedes, banda de carroñeros, ¿creen que pueden burlarse de mí así? Son sus pelotas las que voy a aplastar, pandilla de ignorantes, de analfabetos.
Ahora cierren la boca y coman.
Un silencio sepulcral se estableció en la mesa.
- Wahoo, no sabía que podías ser intimidante, me das miedo. Dice Philippe.
- No la conocen bien, no hay que buscarla, si no, les romperá el culo, dice Marianne.
- Es cierto que es intimidante, pero de ahí a golpear a uno de nosotros, eso es imposible.
- Ella es cinturón negro de kung-fu tercer dan. Replica su amiga.
- Debemos verificar eso, después del almuerzo, iremos al gimnasio.
- Muy bien, mis dulces, saben, no me gusta presumir, así que después compararemos nuestras habilidades.
- Que nadie toque a mi novia, si no, les arranco los brazos.
- No digas eso, si llego a tumbar a alguien, dirán que es porque los amenazaste.
- Pero, ¡mi querida!
- No hay peros que valgan, van a aprender a respetarme.
Ariane
Después de la comida, vamos a dar un pequeño paseo, para digerir un poco.
- ¿Qué querías decirme?
- Quiero pedirte que, por el poco tiempo que voy a pasar contigo, quiero ser respetada, la escena a la que asistí el primer día aquí, no quiero volver a ver ese tipo de escenas.
Durante los próximos meses, no te acerques a una mujer y yo haré lo mismo.
Pero, si por accidente te equivocas un día de vagina, yo también me equivocaré de pene. Espero que nos entendamos.
- Odio que me amenacen.
Como dijiste, no te voy a engañar, sabes que realmente quiero hacer algo serio contigo.
- Lo espero por ti.
Me besa y dice:
Sabes que voy de sorpresas en sorpresas contigo, me sorprendió gratamente darme cuenta de que conoces tan bien la informática.
Y ahora dices que sabes pelear y defenderte... es bastante impresionante.
- Irás de sorpresas en sorpresas conmigo. Tengo muchas más sorpresas para ti.
- Espero que sean buenas sorpresas.
- Eh, también quería pedirte que necesito una pastilla anticonceptiva, ya que no había tenido relaciones con nadie, no me preocupaba, pero ahora, tengo que asegurarme de no quedar embarazada, soy demasiado joven.
- Muy bien, llamaré al médico que podrá recetarte una pastilla anticonceptiva.
- De acuerdo, eso es lo que quería decirte.
- Aprecio tu honestidad, cada vez que tengas algo que decir, házmelo saber, no te contengas.
- Sabes que, para mí, no me quedo callada, cuando algo no me gusta, lo digo sin dudarlo.
Vamos a darles una lección a tus hermanos. Esta noche me quedaré con Marianne, hace tiempo que no hacemos una noche de pijamas.
- Lo siento, mi querida, podrás pasar una parte de la noche con ella, pero dormirás conmigo durante los próximos meses.
- Creo que necesitas una noche de descanso, has trabajado demasiado.
- ¿Y quién te dijo que estaba cansada?
Se acerca, me pega a su cadera, puedo sentir su longitud contra mi vientre.
- Siempre tengo ganas de ti, no estoy cansado. Vamos a retomar el partido más tarde.
Me besa, sus manos aprietan mi trasero.
- Hum
- Tienes tantas ganas de mí como yo de ti, osa decir lo contrario.
- Es cierto que tengo ganas de ti, pero debemos irnos, nos están esperando y tengo que cambiarme.
Salgo de sus brazos y corro a mi habitación. Busco entre la ropa en el armario y encuentro lo que busco...
Arianesale de sus brazos y corre hacia mi habitación. Busco entre la ropa en el armario y encuentro lo que busco.Un mono que me queda como un guante, que resalta mis enormes pechos así como mi bonito trasero.¡Soy magnífica! Si fuera un hombre, también me enamoraría de esta hermosa dama que está frente a mí. Le doy un beso al espejo.- Espejo, espejo hermoso, dime quién es la más bella.- ¡Eres tú, mi reina! Me respondo a mí misma.- Gracias, hermoso espejo, solo dices lo que ya sé, pero gracias de todos modos.Salgo de la habitación, con pasos de conquistadora. Encuentro a todos en la oficina, luego caminamos hacia el gimnasio.- Diosa de la belleza, eres magnífica. Me dice Auracio.- Ya lo sé, gracias de todos modos.Philippe interviene:- Es la primera vez que veo a alguien tan engreído.- ¿Qué quieres? ¿Que simplemente diga gracias?- Sí, hubiera estado mejor.- Lo siento, cariño, pero no es un hecho nuevo, sé que soy hermosa, muy hermosa, y me gusta que me lo digan, escucharlo
Ariane¿Puedo saber qué estás buscando?- ¿Qué crees? Estoy buscando algo para vestirme. Tu querido te compró muchas prendas muy lujosas, así que voy a aprovecharme como es debido.- Qué puedes ser molesta, yo que pensaba que era porque te hacía falta. Y yo que estaba tan contenta de tener una noche de pijamas contigo.- Dios mío, Ariane, deja de dramatizar, tu comedia para hacerme sentir culpable no funciona conmigo.- ¿Quién te dice que estoy actuando?Dios todopoderoso, mi única hermana en este mundo, no me ignores por unos cuantos trajes, ¿qué he hecho yo, por el buen Dios, para tener una hermana así?Sálvame, ayúdame, Dios mío, ya no reconozco a mi hermana, ha sido pervertida por los bienes materiales.- Te juro que si sigues con este drama, ya no te diré lo que pasó entre el guapo Marco y yo.- Henn, sabes que solo te estaba bromeando, eres mi favorita, lo sabes.- Excepto que no tienes otras hermanas, soy la única.- Bueno, de acuerdo, mi única y querida hermana pequeña, cuénta
Ariane- ¿Qué haces aquí?- ¿Y qué te importa? ¿Quién eres tú para hacerme esa pregunta?- Yo no soy nadie para hacerte la pregunta, excepto que estás en mi casa, así que te vuelvo a hacer la pregunta y más te vale que me respondas.¿Qué haces aquí?Ella me empuja e intenta pasar, es el error que no debió cometer.La agarro del cabello y tiro de él lo más que puedo. Ella grita con un gran grito que hiela la sangre.- Suéltame, especie de salvaje.- No sabes a quién te enfrentas. Y aún no has respondido a mi pregunta, ¿qué haces aquí?- Suéltame, te voy a responder.Tiro aún más de su cabello, veo sus lágrimas caer.- Entonces, ¿qué haces en mi casa?- He venido a ver a Auracio.- ¿Por qué?- Eso no te importa.- Si te hago la pregunta es porque me importa, ¿quieres seguir sufriendo?- No eres más que una sucia, zorra, déjame en paz.Le doy una fuerte bofetada que la hace caer al suelo.- ¿Qué está pasando aquí?- Es esta salvaje, que me ataca.dice ella sosteniéndose la mejilla.- Ari
Ariane- Ya veo, ¿sabes por qué no te llamó? Es porque ahora está en pareja conmigo, así que ahora entiendes por qué te hice la pregunta.- Sí, señora, lo entendí, pero por favor, no me pegues más.- ¿Crees que tienes derecho a hablar? Le doy otro golpe, ella llora, suplica.- Te lo ruego, tienes razón, no diré nada más.- Te voy a dar una opción: o te quedas aquí durante dos días, y yo vengo de vez en cuando para darte algunos latigazos, o te quedas a mi servicio durante una semana, y durante esa semana serás mi sirvienta, harás todo lo que te pida. ¿Eliges quedarte aquí o venir conmigo?- Iré contigo, señora.- Muy bien, perra. La desato y me vuelvo hacia mi amado, ¿tienes algo que decir sobre su nuevo puesto para la semana?- No, señora, usted es la jefa, no tengo nada que decir.Sonrío, puede ser bromista a veces.- Sígueme y no te quedes atrás, no porque estés herida vas a descansar, ve a lavarte, y ponte un uniforme de sirvienta, luego reencuéntrame donde sea que esté, te doy
Capítulo 1 – Fin de cursoArianeMe despierto con una energía que me recorre el cuerpo como una corriente eléctrica. Hoy no es un día cualquiera: es mi último día de clases. Por fin.Déjame presentarme. Me llamo Ariane Akon Leslie, tengo 19 años y estoy terminando la carrera de Gestión Empresarial. Ha sido un camino largo, lleno de desafíos, pero lo he recorrido con la frente en alto. No tuve atajos. Nada me fue regalado. Todo me lo gané.Mis amigos dicen que soy hermosa. Tengo una figura de reloj de arena, piel morena y un cabello liso que me cae en cascada hasta la mitad de la espalda. Me gusta cuidar mi cuerpo, pero sé que mi verdadero valor no está en lo físico. Soy ambiciosa, determinada. Quiero más.Hoy debo recoger mi diploma, así que no pierdo el tiempo. Salgo de mi habitación, me ducho con agua caliente, dejo que el vapor relaje mis músculos y luego desayuno algo rápido. El día me espera.Vivo en un piso compartido con mi mejor amiga, Marianne. Aunque ahora debería estar de v
Capítulo 2 – AurácioAurácioMi jet aterriza en Las Vegas tras varias horas de vuelo. Nos recibe el mismísimo Sanguinario en persona, una señal clara de cuánto valora nuestra colaboración. No esperaba tanto de su parte, lo admito.Pasamos por el detector de metales. Nos registran con minuciosidad; en este negocio, la confianza jamás excluye el control. Una vez terminadas las formalidades, nos saludamos con un apretón de manos.—Buenas noches. Bienvenido. Espero que hayas tenido un buen viaje.—Muy bien, gracias.—Por favor, sígueme.Frente a nosotros, diez vehículos alineados. Subimos al que ocupa el centro.—He privatizado un edificio entero para alojarte a ti y a tus hombres.¿Te parece bien?—Ya tenía mis propios arreglos, pero en aras de la confianza, acepto. Gracias.—Te dejaré descansar. Nos vemos a las 10 p. m. en mi club.—Perfecto. Me parece bien.Permanezco en el coche unos minutos, esperando la confirmación de mi teniente de que todo está en orden. Cuando me da luz verde, d
El clubAriane- despiértate dormilona..- puta, déjame dormir un poco, tengo mucho sueño, no he podido cerrar un ojo en toda la noche.- si queremos ir de compras hoy, ¡es ahora, ya es mediodía!- ¿Qué? No puede ser.- ¡Oh, sí, Marianne! Entonces levántate y ve a lavarte, yo me encargo del desayuno.- gracias, ¿qué haría sin ti?- Siempre me hago esa misma pregunta... Ella se levanta y se dirige a la ducha. Yo voy a la cocina a preparar un buen risotto. Me encanta ese plato.Marianne y yo nos conocemos desde hace cuatro años, es decir, desde la muerte de mi madre, el conductores borracho era su tío, a quien ella estaba muy apegada. Sus padres todavía viven, pero ella prefirió quedarse conmigo para que nos apoyáramos durante este duelo.Yo ya no tenía nadie con quien vivir, sus padres siempre estaban entre dos aviones. Ella prefirió vivir conmigo porque siempre estaba sola, cada mes sus padres le envían dinero, que comparte conmigo. ¿Creen que no le quiero? Pues no, sí lo necesito y n
Capítulo 4 – Reunión (2)AuracioBajo para encontrarme con John Smith. Nos espera en la limusina, acompañado, como siempre, por mujeres impresionantes. Me acomodo frente a él mientras dos bellezas se acurrucan a sus costados.—¿Bien descansado? —pregunta con una sonrisa relajada.—Lo suficiente —respondo, directo.—Te presento a mis actuales compañeras: Abril y Bretaña.—Buenas noches, señor —dicen a coro.—Buenas noches, bellezime.John chasquea los dedos, y dos mujeres más se acercan a mí: una rubia con curvas letales, la otra pelirroja, con unos ojos verdes que parecen leer el alma.—Para ti, hermano. Megs y Tisha.—Encantado —respondo mientras me evalúan con descaro.—Estás delicioso —susurra Tisha.—Te cuidaremos bien —añade Megs, relamiéndose los labios.—Me parece encantador —digo, conteniendo una sonrisa.El conductor arranca. Veinte minutos después, escoltados, llegamos a un restaurante elegante. Nos ubican en una mesa reservada, apartada del resto. A cada lado, las mujeres n