Ariane
Veo un desayuno muy abundante. Como a voluntad, de vez en cuando, él me limpia la boca con la suya. Está enganchado, te lo juro, me río por dentro, se hace el macho afuera y dentro de la habitación soy yo la reina.
Termino de comer y le pregunto:
- Pero no has comido nada, ¿por qué?
- Estaba esperando a que tu barriga estuviera llena, ahora que lo está, puedo comer el resto.
- ¿No te estás pasando un poco?
- No, tu bienestar es lo primero, incluso antes que yo.
- Es realmente caballeroso, gracias por la atención.
Él vacía rápidamente la bandeja, me da un jugo para beber y va a dejar la bandeja frente a la puerta.
Regresa y se lanza sobre la cama,
- ¿vamos a hacer una segunda ronda y luego te vas a descansar?
- ¿Y si me descanso ahora y luego hacemos una segunda ronda?
Él sigue acercándose,
- ¿Estás seguro de eso? me pregunta posicionándose entre mis piernas y comienza a besar mi cuello.
Cierro los ojos.
- ¿Quieres que pare?
- ¿humm?
Sus manos están en mi pecho jugando con mis