Capítulo 22: No es suficiente.
Ariane
Abro los ojos, nos miramos, pero mis ojos comienzan a nublarse ante la avalancha de emociones que caen sobre mí, una multitud de torbellinos pasa por mi cerebro, no veo nada.
Me vuelvo ciega en el transcurso de un minuto, voy bajando suavemente de mi atalaya. Fue mágico.
Él se desplaza suavemente de mí, tengo los ojos cerrados, ahora tengo vergüenza de haber disfrutado tanto de los potentes movimientos de cadera de aquel a quien insulté por ser viejo.
Se sienta a mi lado y levanta mi cabeza para que pueda mirarlo.
- ¿Estás bien? ¿No te ha dolido demasiado?
Agito la cabeza, con los ojos aún cerrados.
- Mírame, quiero ver tus hermosos ojos, princesa, abre los ojos.
Abro lentamente mis ojos, él me observa, buscando saber si efectivamente estoy bien.
- Estoy bien, has sido muy dulce.
- Gracias a Dios, pensé que te había dolido mucho.
- Pero sí, me dolió mucho, pero ya pasó.
- Te prepararé un baño, vuelvo enseguida, me besa y va a la ducha.
Auracio
Llegan