Inicio / Mafia / La atracción fatal del gángster / Capítulo 21: Ya tengo mi dosis
Capítulo 21: Ya tengo mi dosis

Auracio

He esperado demasiado, ya no puedo más, déjame mostrarte todo el placer que puedo brindarte, tengo tantas ganas de ti que no puedo dormir por las noches, te deseo tanto que eso se vuelve inquietante.

Déjame hacerte mía, llenarte con mi esencia, déjate, que te follen, maldito.

Ya no aguanto, estás empezando a ser como una droga para mí, ahora mismo te necesito, necesito mi dosis de ti.

La alcanzo y la beso, luego tomo sus dos pechos en mis manos.

- Estoy seguro de que ustedes dos están molestos, creen que los he abandonado, pero no es así, voy a cuidar de ustedes.

Los aprieto uno contra otro y mi boca se posa sobre ellos, los beso, los léo, con mis dedos presiono ambos pezones al mismo tiempo.

Ella grita de placer y dolor.

- Mmm sí, grita mi nombre, muéstrame cuánto te gusta la atención que le doy a tus joyas.

Sé cómo torturar sus pechos, estoy enamorado de ellos, son tan hermosos, perfectos para mis manos, los saboreo como un hambriento.

Con mis dedos, toco delicadamente su pubis, con un dedo entro y veo que está muy apretada, entonces me pregunto si no será virgen realmente.

- Mi amor, no te molestes, pero ¿eres virgen?

Ella guarda silencio un momento y finalmente dice con una vocecita:

- Sí, soy virgen, ¿cambia algo?

- No, le respondo, aunque sé que eso cambia todo para mí.

Ella será mi esposa, he encontrado a mi reina.

Seré el premio y el último, me hago esa promesa.

Estoy feliz, finalmente he encontrado a la madre de mis hijos.

La beso con pasión y energía.

Mis dedos la provocan y miman su pequeño nido.

Ella está muy mojada, me posiciono en su entrada,

- Esto dolerá un poco, pero pronto pasará.

Avanzo lentamente, me topé con su himen, y con una mirada de placer y una sonrisa traviesa, atravieso la barrera. ¡Hooooooo, es increíble!

Lo que siento ahora, soy el primero, el primero, no puedo creerlo, la noto tensarse, me detengo, la beso, toco sus magníficos senos, que succiono con ansia, ella se relaja, empieza a gemir, en ese momento sé que puedo seguir avanzando, porque aún no había entrado completamente, y cuando ya estoy totalmente dentro, ella lanza un grito de animal herido, sus lágrimas fluyen a raudales.

Las seco con mi lengua, limpio, lavó su cara con mi lengua como una madre con sus cachorros. Me devoro su boca.

- Shhh, shhh, shhh, va a pasar, va a pasar,

Tomo sus pechos que sigo lamiendo, los pezones se vuelven rojos, los succione, los hago cosquillas con mi lengua.

Me retiro un poco y vuelvo a entrar lentamente,

repito la maniobra, ella parece disfrutar, continúo con sus pechos aún en mi boca, voy de un pezón al otro, ella gime, y eso es la señal para comenzar.

Mis golpes de cadera se vuelven más fuertes, ella sigue gimiendo, el dolor se ha ido, me enderezo un poco y me fundí aún más en ella, ella emite un pequeño grito, parece que le gusta, eso me da más libertad.

La tomo por la cadera y empiezo a darle golpes de cadera, me introduzco hasta el fondo, saco y vuelvo a entrar en ella con rapidez y violencia.

Ella araña mis brazos y mi pecho, pero lo único que percibo ahora es esa luz deslumbrante que comienzo a vislumbrar, siento su pared apretarse contra mí, sí, ella va a disfrutar y yo también.

- Abre los ojos, quiero verte, quiero ver el placer que te doy en tus ojos.

Ella abre los ojos, nos miramos, pero mis ojos empiezan a nublarse ante la avalancha de emociones que me invade, una multitud de remolinos pasa por mi cerebro, ya no puedo ver nada.

Me vuelvo ciego en el espacio en solo unos minutos, todo lo que sé es el grito de placer que sale de nuestras gargantas al mismo tiempo, me desplomo sobre ella, agotado, satisfecho, ya tomé mi dosis.

Pero no es suficiente.

Ariane

Cuando empezó a penetrarme, sentí dolor, mucho dolor, me fui tensando, él se detuvo un instante. Me besa, toca mis pechos, que succiona con ansia, me relajo, empiezo a gemir, en ese momento, él empieza a avanzar, aún no había entrado totalmente, cuando me penetra por completo, suelto un alarido de animal herido, mis lágrimas corren sin parar.

Él seca mis lágrimas con su lengua, limpia, lava mi rostro con su lengua como una madre con sus cachorros, y luego devora literalmente mi boca.

- Shhh, shhh, shhh, va a pasar, va a pasar,

Él toma mis pechos que aún lame, los pezones se vuelven rojos, los succiona, los hace cosquillas con su lengua.

Se retira un poco y vuelve a entrar suavemente,

repite la maniobra, y comienzo a disfrutar, continúa, mis pechos aún en su boca, pasa de un pezón al otro,Yo gimo, y

Sus golpes de cadera se vuelven más fuertes, me gusta, los colores ya pasaron, sigo gimiendo, él se endereza un poco y se adentra aún más en mí, me llena, su propio placer llega a su punto culminante, golpea una y otra vez, sigo en la cima del placer.

Muerdo sus brazos, su pecho, todo lo que siento ahora es esa luz deslumbrante que comienzo a vislumbrar, esa explosión inmensa que destroza todo a mi alrededor.

- Abre los ojos, quiero verte, quiero ver el placer que te doy en los ojos, me dice.

Abro los ojos, nos miramos, pero mis ojos empiezan a empañarse ante la avalancha de emociones que me invade, una multitud de remolinos pasa por mi cerebro, ya no veo nada.

Me vuelvo ciega en solo un minuto, poco a poco bajo de mi percha. Fue mágico...

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP