Laura se ajustó la chaqueta y respiró hondo antes de entrar a la sala de reuniones. Su primer día como gerente general en la empresa de maquillaje Los Laureles estaba en marcha, y aunque había logrado mantener la compostura hasta ese momento, la sensación de estar bajo escrutinio era inevitable.
Los ejecutivos la observaban con interés y cierta expectativa. Sabían de su trayectoria en Argentina y el impacto que había tenido en la agencia publicitaria donde trabajaba. Pero este era un terreno diferente, una empresa con sus propias reglas, su propia historia en donde ella anterior mente era la asistente de Alex… y con Alex entre los socios principales, dueño de la empresa y accionista mayoritario.
El protocolo de bienvenida fue breve. Laura expuso su visión sobre el futuro de la compañía, destacando la importancia de la innovación en productos y una estrategia de marketing más agresiva para posicionar a Los Laureles en mercados internacionales. Su seguridad en cada palabra dejó una impr